El Chico de la Moto reina

Otra notable película del irregular Coppola. En esta ocasión se pasa al blanco y negro, a las calles cargadas de jóvenes a la sombra del auge de las drogas, al debilitamiento de las famosas "bandas". La película se consolida a sí misma como película de culto, tiene elementos personales propios de las películas juveniles rebeldes, pero en esta ocasión es más madura y reflexiva.

Los personajes de Matt Dillon y Mickey Rourke son magníficos, sinceros. El primero es inexperiencia, inmadurez autoconsciente. Como un niño pequeño que se rinde ante a quien admira. El segundo despliega una tranquilidad chocante, hipnótica; Rourke interpreta al ídolo de la ciudad, alguien que destaca por encima del resto porque, además de ser enrollado y fuerte, es inteligente y cauto.

Una lástima que a Coppola le de por acoplar a miembros de su familia al reparto. El personaje de Nicolas Cage es bastante detestable, lo peor es que da el pego. La Sofía Coppola es más insufrible de niña que de adulta.

A pesar de todo, el viaje por las calles de la ciudad engancha al espectador, se siente inmiscuido, si bien es verdad que se muestran mucho más amables y menos repugnantes que, por ejemplo, en 'Taxi Driver' de Scorsese. Aún así, 'La ley de la calle' es otro reflejo de ese sector de la juventud que vive sin un futuro estable, dependiendo del día a día para sobrevivir.