Cautivadora y desgarradora visión de Mel Gibson

Nunca me terminó de llamar la atención esta película pero me la recomendaron varias personas, dentro de lo que cabe hablaban bien de ella mayoritariamente aunque otros tantos la tachasen de exagerada e hiperrealista así que como pronto iba a ver Noé decidí ver una película que tenga algo que ver con la biblia así que por fín me decidí a verla y a comprobar si era tan desagradable e inaguantable como muchos decían. Finalmente me encontré con una cinta cautivadora, emocionante y desgarradora, las actuaciones transmiten bastante en el caso de Jim Caviezel y por supuesto la composición de John Debney ayuda bastante en la historia que a modo de flashbacks y recuerdos se nos cuentan vivencias de Jesús a lo largo de su vida hasta trasladarnos en la cinta a la época más dura y cruel que se trató a Jesús, su etapa final. Estupendo vestuario y caracterizaciones destacando al diablo como aterrador y tenebroso sobretodo en la escena que sujeta a un bebé simbolizando la herencia pecadora que hemos llevado a lo largo de los siglos. Mel Gibson traslada ese mensaje a veces poético llegando a sorprender y asombrar al espectador con la lágrima del propio creador que se ciñe a un símbolo del que muestra el amor de un padre por su hijo cuando le están martirizando.

Una cinta sensacional que puede aterrar a algunas personas y hacer que abandones su visionado debido a la lentitud de algunas escenas y que llegues a experimentar algo de asco dado a que según la conciencia de cada uno piensa que es exagerada, yo pienso todo lo contrario y que retrata bastante bien lo que seguramente sufrió el mesías. Una película para recomendar y para ver posiblemente una vez al año, lo importante es que el mensaje lo transmite de muy buena manera y Mel Gibson dirige muy bien la película y los actores con una fotografía y unos planos para enmarcar. Quizás el ritmo sea lo que la adolece en la mitad de la cinta. Notable.