15 años y un amor

Como señaló Mayakovski en el manifiesto 'Una bofetada en la cara del gusto del público': "Aquel que no olvide su primer amor no reconocerá su último." Los protagonistas de 'La reconquista' no han borrado de su memoria a la primera persona que les hizo sentir algo tan abstracto y volátil como el amor. Ambos se reencuentran quince años después. Él con novia. Ella sin ataduras en Argentina. Pero la mente de ambos sigue dando vueltas a lo que pudo haber sido, pero no fue. A un tiempo pasado de aciertos y errores, que no recuerdan con desprecio sino con agridulce ternura.

Jonás Trueba enfrenta a estos dos personajes en una película de una belleza que embelesa la mirada del espectador, atreviéndose a alargar los planos y las escenas más de a lo que estamos acostumbrados, captando esas miradas, gestos y, sobre todo, cada silencio, que se dedican Manuela y Olmo. La tensión de lo que puede que suceda y las cuestiones acerca de lo que les ha llevado a este punto. Una carta como llave para comprender aquel momento en el que todo cambió y el cielo adolescente quedó cubierto por imprevistas nubes.

Vivimos dos tiempos diferentes para comprender lo que son y lo que fueron los dos personajes, cómo surgió esa chispa, y lo estúpidos que podemos llegar a ser cuando tenemos ante nosotros lo que todavía no comprendemos que nos hará palpitar a un ritmo más intenso. La imagen casa perfectamente con la música compuesta por Rafael Berrio, cuyas letras dicen lo que los protagonistas tienen en mente pero no dejan salir. Las emociones que encerramos, siendo conscientes y culpables de que ya pasó el momento de vivirlas y disfrutarlas.