
Fincher nos enseña otro pecado capital
Sin spoilers
David Fincher probablemente sea uno de los directores que mayor capacidad tiene de sorprenderme. Y la sorpresa, ya sea para bien o para mal, hoy en día , donde la monotonía lucha por hacerse un hueco en nuestras venas, es digno no tanto de mi admiración como de mi interés.
Y despierta mi interés por una sencilla razón, y es que sin entusiasmarme ninguna película suya, en cada una de ellas va dejando pistas que parecen presagiar que su gran película está cada vez más cerca. Y nos ponemos en la piel de Morgan Freeman ante el descubrimiento de un nuevo pecado capital, que no hace si no aumentar nuestras esperanzas de cara a su siguiente película.
Al espectador le puede sorprender leer en la misma frase Fincher y Facebook. Sin embargo, "La red social" no trata sobre la red social ni sobre el facebook. Trata sobre Mark Zucker, el creador de tal invento y que a la vez protagoniza la película. Pero el facebook no es más que el pretexto perfecto para que Fincher nos proponga una reflexión sobre las devastaciones morales y económicas, y sobre la arrolladora potencia creadora que puede degenerar el poder cuando emana de una mente no domesticable por los parámetros de la vida social.
Está estructurada de una forma original e inclasificable, como nos tiene acostumbrados ( "Zodiac" o "El curioso caso de Benjamin Baton" por ejemplo). Y con un ritmo del montaje y del guión vertiginoso , con unos diálogos cargados de ironía y sarcasmo que nos recuerdan a la estructura del cine clásico. Y todo para reflejar de manera compleja y resonante el tiempo en el que vivimos.
Ya tenemos otro pecado capital. Cada vez estás más cerca David, cuidado no nos vayas a sorprender ahora para mal.
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