"No se ha librado, que yo sepa, guerra más devastadora que la mía"

Que el tópico de que las películas de animación son solo para niños ya muchos sabemos que es falso. Pero esta película da un paso más allá, pues la dureza de sus imágenes y lo desgarradores que son sus sentimientos se escapan a la comprensión infantil, estando dirigida, por tanto, a un público casi exclusivamente adulto.

De un carácter anti-belicista comparado con 'La lista de Schindler' o 'El pianista', 'La tumba de las luciérnagas' nos traslada también a "territorio enemigo", pero en este caso dejará en paz a la Alemania nazi y las mil veces relatada persecución a los judíos para centrarse en otro país igual de perdedor, o incluso más, en la 2ª Guerra Mundial: Japón.

Inspirada en una historia real, narra la lucha por la supervivencia de dos niños japoneses durante la contienda, en la que los americanos son los malos, los que viajan en aviones lanzando bombas al pueblo indefenso. Como ya he dicho, a pesar de ser animación, se muestran imágenes realmente crudas, a veces incluso desagradables (es normal tratándose de un tema así). Y, para qué mentir, es triste, quizás demasiado triste.

A nivel histórico-político, resalta un poco esa idea propia de los estados fascistas de que defienden más el significado de nación (tradición, costumbres, lengua, ejército) que de pueblo (las propias personas que integran el país). Sus propios compatriotas son indiferentes al dolor ajeno.

Cabe mencionar de que, a pesar de ser del Studio Ghibli, no fue dirigida por el aclamado Hayao Miyazaki (ese año trabajaría en 'Mi vecino Totoro'), si no por Isao Takahata, con unos resultados a la altura de los mejores trabajos de la compañía de animación.

A pesar de que es la crónica de un final anunciado, la verdad es que, personalmente, la sensación de impotencia y desolación ante un futuro tan desesperanzador que se muestra me llegó al alma.