
Un día en la oficina
Sin spoilers
Siempre habíamos visto el nazismo desde el lado judio o desde la trinchera, pero nunca desde el corazón mismo de un comandante de las SS al mando del campo de concentración que, como un adosado, comparte pared con pared con la casa en la que vive junto a su familia como si al otro lado del muro no pasara nada. Él va y viene a su oficina, cumpliendo las órdenes respecto a la solución final: gasear y quemar seres humanos. Mientras, su mujer y sus hijos, llevan una vida normal completamente ajenos a los sonidos del horror que llegan de la vivienda colindante a la suya. Frialdad y crueldad ante la indiferencia de lo que está pasando, del trabajo del marido y padre que se pasea a caballo con su hijo y va de pesca como si nada. Estremecedor. Ahora falta saber si los judios tienen también una zona de interés respecto al genocidio que están llevando a cabo con el pueblo palestino. Recomiendo, como complemento a este excelente trabajo cinematográfico, la lectura de la novela Las benévolas, de Jonathan Littell, galardonada con el Premio Goncourt, la más alta distinción de la literatura francesa, que en 955 páginas, un poco largo y denso, la verdad, pero vale la pena, nos ofrece el punto de vista del verdugo, el oficial de las SS Maximilien Aue.
Críticas de los usuarios