Una idea brillante vacía de contenido

'La zona de interés' es una de las ideas más brillantes y perturbadoras del cine de los últimos tiempos. Narra el "lujoso" día a día de uno de los responsables del capo de concentración de Auschwitz y su familia. El horror del holocausto no se muestra, pero se escucha, se siente, en un ambiente tan lúgubre como perturbador.

Todo lo que se ha dicho de bueno sobre la película de Jonathan Glazer es cierto. Como también lo es que es un magnífico corto de media hora que se ha estirado sin sustancia como para llegar a los cines convertido en un largo de casi dos horas de duración. Hay un punto medio entre la narración pausada y un plano de diez minutos de cómo los actuales limpiadores de Auschwitz acondicionan el museo. O esa eterna introducción de minutos en negro para mostrarnos a la familia bañarse en el río durante otro eterno tiempo.

Es una lástima, porque suceder, lo único que "sucede" en la película es cuando al patriarca le ofrecen un traslado y la mujer le pide quedarse viviendo la "buena vida" en su actual residencia. Y mira que, con el escenario y montaje que tenían, podrían haberse trabajado un poco más el guión para que en la película, además de mostrar el horror de las miserias humanas de la época, pasasen cosas.