Bajonazo evidente

Disney con la segunda entrega de Narnia no obtuvo los beneficios que esperaba tras poner mucha pasta sobre la mesa y acabó vendiendo los derechos a Fox que en una historia menos interesante y más típica pasamos de la epicidad light emulando a una versión juvenil del señor de los anillos a un Piratas del Caribe 4 (es cierto que esa salió después que esta) en una simple batallita con una cobra marina y con menos presupuesto y más CGI sangrante que en las anteriores, por supuesto con muchos menos minutos para Aslan, el amo de la saga. Dejando de lado lo cargante que resultaba el ratón en la segunda entrega, en esta vemos una amistad entre el y Eustace que levantan el vuelo en ambos personajes aunque reconozco que el papel de Will Poulter es muy típico y pesado. Esta vez son los pequeños los protagonistas ya que como vimos al final de la segunda, los dos mayores ya no vuelven a Narnia aunque se les vea a modo de cameo en algún momento como lo de Tilda Swinton que nos la meten en el cartel y sale apenas treinta segundos. En definitiva, una aventura entretenida, pasable, tiene sus momentos entrañables y agradables de ver, es más corta por lo cual va más al grano a diferencia de las dos anteriores pero quizás el material de origen y el cambio de estudio también ya que se nota menos trabajo y esmero al realizar la cinta donde el cambio de director influye muchísimo. Una ligera decepción que nos abre puertas de si veremos secuela o reboot en un futuro ya lejano porque han pasado seis años de esta cinta.