Tanto Chela como Chiquita son descendientes de familias adineradas y viven en Asunción. Han estado juntas unos 30 años. Lamentablemente, su situación económica ha empeorado y han tenido que empezar a vender sus posesiones heredadas. Pero llega a un momento en que las deudas de Chiquita la llevan a la cárcel por fraude, así que Chela tiene que enfrentar una nueva realidad. Decide ponerse detrás de el volante por primera vez en años y comienza a trabajar de taxista local para un grupo de señoras mayores adineradas. Mientras Chela se acostumbra su nueva vida, se encuentra con Angy, la hija de una de sus clientas, con la que tiene una conexión rejuvenecedora. Finalmente, Chela comienza a salir de su mundo y explorar sus límites, embarcándose en su propia revolución íntima.