Algún día llegará la vendimia

La mejor película sobre la Gran Depresión de 1929. A través de la obra de Steinbeck, John Ford crea una película trágica, realista, demoledora. Y lo es porque el país que hoy en día es la Primera Potencia Mundial (por aquel entonces ya empezaba a serlo), no hace ni 100 años era comparable a los que hoy en día llamamos "tercermundistas".

Henry Fonda se pone a la cabeza de un reparto superlativo, que da vida a una familia a la que acompañamos a través de sus desventuras en su odisea hacia la tierra de la abundancia después de haber sido expulsada como ratas de la tierras que llevaban trabajando durante décadas. Para su desgracia, allí solo conocerán el infierno.

En su viaje encontraremos una entrañable oposición entre miseria y solidaridad. A su llegada a California, por el contrario, nos encontramos con la cara más horrible del ser humano y del capitalismo salvaje. Los protagonistas no logran comprender el por qué de tanta maldad, de tanto abandono del respeto hacia la vida de los hombres. Alcanzar la felicidad ya no se plantea siquiera como un objetivo: se trata de malvivir o morir.

Repleta de frases que quedarán para el recuerdo, entre mis favoritas: "he visto lo que había allí y he vuelto para morirme de hambre de una vez" o "no se necesita valor para hacer lo único que se puede hacer".

Relata con habilidad las reivindicaciones del movimiento obrero, y la ayuda que supuso la intervención estatal en la economía de la mano del New Deal de F. D. Roosevelt. Me imagino que no tardaría en ser calificada de comunista en la época de la "caza de brujas".

Finalmente, dejo aquí el párrafo que encontré por casualidad en mi libro de historia, el cual me animó a ver esta película, y que a día de hoy la coloco entre mis 10 favoritas:

"Los hombres, que han creado nuevas frutas en el mundo, son incapaces de crear un sistema gracias al cual se pueda comer. Y este fracaso cae sobre el Estado como una gran catástrofe (...). Y en los ojos de la gente hay una expresión de fracaso, y en los ojos de los hambrientos hay una ira que va creciendo. En sus almas, las uvas de la ira van desarrollándose y creciendo, y algún día llegará la vendimia.""