La verdad sí importa.

Un profesor cansado de lo políticamente correcto, es obligado a ayudar a una joven estudiante de origen argelino aspirante a abogada, por el hecho de haberse saltado el articulo de el respeto a la diversidad. Acepta en ayudarle a prepararse para que se presente a una prueba mitad concurso mitad trampolín para ejercer como futura abogada.

Por un lado, le va enseñando las reglas del convencimiento pero por otro, el se divierte y juega a que ella desconoce el motivo por el que esta con ella. Se van descubriendo una serie de normas en las que ella va cambiando y recogiendo lo que le va enseñado.

Es una historia de mejora, de juego psicológico que a veces me preguntaba si era un juego o verdaderamente le estaba enseñando a ser una abogada o a que se dedicara a la política por aquello de que" lo importante es convencer" y de que " la verdad no importa", muy repetido durante la película.

Es una historia que aunque el protagonista no caiga bien desde el primer momento la futura abogada nos demuestra de que es capaz de convencernos de que a ella si le ha merecido la pena conocerlo y aceptar su ayuda.

Ambos actores congenian bien y hacen una muy buena interpretación, sintiéndose bien en sus respectivos papeles, que nos convence a casi todos.