"Ocean's 7 Eleven"

Después de experimentar en televisión con las soberbias 'The Knick' y 'The Girlfriend Experience', Steven Soderbergh vuelve al cine después de un autoexilio de cuatro años en los que decidió no dirigir películas mientras se dedicaba a otros menesteres audiovisuales. Y para su comeback, el realizador ha elegido una película que bebe mucho de su mayor éxito comercial, 'Ocean's Eleven'.

'La suerte de los Logan' es una comedia de acción en la que un Soderbergh menos experimental se dirige a un público más amplio que el de las mencionadas series. La película cuenta la historia de Jimmy (Channing Tatum) y Clyde Logan (Adam Driver), dos hermanos que, para salir de la precaria situación económica en la que se encuentran y romper la maldición familiar que generación tras generación los ha convertido en los gafes del pueblo, llevan a cabo un golpe durante la legendaria carrera Coca-Cola 600 de la NASCAR.

Comparar 'La suerte de los Logan' con 'Ocean's Eleven' no solo es inevitable, sino que es necesario. De hecho, la propia película lo hace en un momento muy divertido y muy meta en el que uno de los personajes se refiere a la banda de Logan como "Ocean's 7-Eleven", un guiño con el que Soderbergh se reafirma en sus intenciones: llevar a cabo una revisión de 'Ocean's Eleven' con paletos. Como con la película protagonizada por George Clooney, el objetivo de 'La suerte de los Logan' es hacer pasar un buen rato, y lo consigue con creces gracias a unos diálogos llenos de chispa y un reparto excelente, del que destacan el magnético Daniel Craig y Channing Tatum en uno de sus mejores papeles hasta ahora (de hecho, lo hace mejor que Adam Driver, aunque no lo creáis).

Eso sí, en su empeño por sorprender y distraer al espectador, Soderbergh descuida a menudo la verosimilitud, con una trama demasiado rocambolesca que desafía por momentos la suspensión de la incredulidad. 'La suerte de los Logan' presenta un plan tan rebuscado, con tantos giros imposibles, que al final uno no sabe muy bien quién está compinchado con quién y cómo y cuándo demonios se ha podido idear una golpe tan complejo y con tantos elementos dejados al azar. Pero no importa, la película compensa este defecto con grandes dosis de ingenio y encanto, hallazgos cómicos brillantes y un reparto que por sí solo ya hace que merezca la pena verla.