Humor y Terror todo al mismo tiempo.

Hasta 1983 las películas de miedo eran SOLO de miedo. Pero Ghost Busters consiguió hacer terror y humor de una vez. Con esta cinta pasé momentos de miedo, casi angustia y a la vez risas imparables. El film es una parodia constante de la labor de investigación de andar por casa de los ghost hunters cuya andadura se inició en Inglaterra de los años 20 por parte del verdadero ghost hunter HARRY PRICE en casas como la Rectoria de Borley, la casa más encantada del mundo con hasta 15 apariciones. Los británicos llevaron consigo al nuevo mundo sus creencias y folklore y parte de este era la creencia en fantasmas y encantamiento de mansiones. Así que para fines del siglo XIX ya era muy común en los EEUU creer en los ejércitos fantasmales, como la contienda de Gettysburg o Siloh de la Guerra Civil americana, los trenes fantasma, las doncellas fantasmales, los ghouls... y todo ello aparece muy bien retratado desde el comienzo del film. Los actores no pudieron ser mejores: Ramis y Murray ya venían de haber rodado muchos metrajes de humor como EL PELOTÓN CHIFLADO y el mismo Dan Aykroid era un fascinado por los temas extraños a causa de su abuelo. La puesta en escena de 3 alocados investigadores de lo Paranormal se va desarrollando en la cinta con casos esperpénticos que son resueltos más o menos razonablemente hasta el lógico desenlace climático, con una parafernalia y unas centellas y show de luces que realmente causan la sensación del Apocalipsis sobre la Nueva York de mediados de los irrepetibles años 80. He tenido la fortuna de escribir un ensayo sobre esta saga de cine y sin duda veré la nueva entrega de esta magnífica serie en julio de 2020.