Festival de tiros y chascarrillos, una delicia para los nostálgicos

Ahora sí, Sly, ahora sí. Bueno, West en este caso.

Simon West ha conseguido enmendar el desafortunado bodrio que supuso Los Mercenarios en 2010. Ya que esta fue una espectacular, pero a la vez decepcionante aglutinación de viejas (y nuevas) glorias del cine de acción de las décadas de los 80 y 90, y que tristemente se quedó a medio gas. No llegó a dar todo lo que se esperaba de ella.

Y es que pese a que los héroes más reconocidos y alabados del género hicieron su aparición de rigor, y tuvieron sus pequeños momentos de gloria, la película pretendía tomarse demasiado en serio a si misma, y el ego de John Rambo, perdón, de Sylvester Stallone hizo mella a la hora de contar una historia que debió haber sido coral y no lo fue, y eso, fue un gravísimo error.

Pero no en esta, en esta, Stallone estuvo acertado en delegar la responsabilidad de la dirección y no meterse en esos menesteres y solo dedicarse a lo mejor que sabe hacer, repartir tortas hasta a el apuntador.

La película comienza con una gran escena de acción de nuestros mercenarios, vale, hasta ahí vamos en la linea de su predecesora, pero está empezando, vamos a darle una oportunidad. Luego nos introducen al personaje de Liam Hemsworth, que cumple con lo que se pedía de el, pero nos comienza a contar una historia lacrimógena de camaradería militar y.. espera, ¿qué ha sido eso? ¿un comentario acerca de un perro? no puede ser, no me puedes intentar vender una historia seria que hace aguas con comentarios y diálogos ridículos, yo quiero ver a mis héroes de acción no otro bodrio de sábado por la tarde en A3 como fue Mercenarios.

Pero cambias de posición en la butaca y haces como que no has oído nada, sigues queriéndole dar otra oportunidad y es entonces cuando comienza la magia, cuando empiezan, poco a poco, a aparecer las viejas glorias armadas con toneladas de plomo y frases que son dinamita pura para todo amante de estos guerreros del celuloide y todo lo que se parezca remotamente a un guión deja de tener importancia.

Porque si Mercenarios 2 tiene una virtud, es la de conseguir que hasta el espectador más exigente deje su cerebro y su cinéma vérité en la puerta de la sala y comience a disfrutar de un auténtico espectáculo de balazos, sangre, puñetazos que suenan como tablones golpeando sacos de boxeo (verídico!) y famosos chascarrillos y guiños totalmente reconocibles para cualquiera que ya tenga unos añitos, y haya visto como se las gastan estos hombretones en sus respectivas épocas doradas.

Mercenarios 2 es eso, es lo que promete en los trailers, es lo que nos prometió Sly hace dos años y no nos trajo, o nos trajo a medias, es esa explosión de testosterona y nostalgia a partes iguales que hace que te la traiga bien floja que la película pueda tener un guión o no. No se toma en serio a si misma y es de agradecer, porque de otra manera hubiera sido infumable.

Un servidor queda esperando un Mercenarios 3 si vuelve en la misma línea, pero superándose a si misma, con más leyendas, más chistes de dudosa calidad y más violencia. Vamos lo que uno se espera al ver un cartel con nombres como Schwarzenegger, Stallone, Statham, Norris o Willis.

Quizás el único punto negativo que le encuentro es el personaje de Nan Yu, ya que es un personaje que sobraba totalmente, hace algo al principio de la peli pero luego su presencia es totalmente absurda, y no podemos justificarla SPOILER por un supuesto romance con el protagonista, porque es de lo más forzado y en ningún momento te da a entender nada que no sean pequeñas insinuaciones FIN SPOILER

También se hecha de menos a Li, su aparición es meramente circunstancial.

En resumen, una tremenda película de acción como las de antes, un total y absoluto auto-homenaje de las grandes leyendas del cine de acción pero con un toque de hoy en día, fotografiada en gris ceniza, en HD y en pantalla gigante. Muy recomendable para los nostálgicos

Le doy un 7 porque siendo sinceros no se le puede dar más nota, pero siempre, siempre, tendrá un 10 en mi corazón.