
El divorcio de Scarlett Johansson y Adam Driver
Con spoilers
Netflix produce un buen montón de pelis de presupuesto bajo, alrededor de unos 8 millones de dólares, con resultados muy dispares.
En los USA esa cantidad es pequeña para una peli. En España hacemos tres, sin problemas.
Contar con Scarlett Johansson y Adam Driver es lujo.
De Escarlata lo sabemos todo.
De Adam solo recordar que pasará a la historia por haber interpretado a Kylo Ren y a Paterson.
La historia que nos ofrece Noah Baumbach es muy real.
He visto, a lo largo de mi ya larga vida, matrimonios ejemplares, que me parecían indisolubles que han terminado como el Rosario de la Aurora.
En la clínica un día sí y otro también me consultan por trastornos del estado de ánimo en relación con los divorcios.
Incluso parejas que se separaron de forma amistosa, al cabo de los años comienzan una guerra, la mayoría de las ocasiones influenciados por las cuñadas.
A este proceso de divorcio que se nos relata, que no es el más dramático posible para nada, les ponen cara estos dos actorazos de manera impresionante que emocionan hasta la lágrima.
Me encanta el retrato de los abogados, unos sacacuartos, que se emplean a fondo en una contienda, que los propios interesados no desean, jugando con unas reglas despiadas y muy caras.
Dando vida a una de estas abogadas está, la últimamente de moda, Laura Dern.
La peli no toma partido. Nos presenta los dos puntos de vista para que nosotros juzguemos.
Siempre en estos conflictos se intenta buscar un culpable. Normalmente no lo hay. Es la vida la que distancia a dos personas que se amaron profundamente y que terminan incluso odiándose intensamente.
Hay dos momentos musicales maravillosos protagonizados por los dos actores estelares.
Adam Driver está mayúsculo.
¡Tiembla Joaquin Phoenix, te ha salido un competidor!
A mí esta peli me ha tocado la patata. Lo digo con lágrimas en los ojos.
Mi puntuación: 9.03/10.
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