
Locura sutil
Sin spoilers
Con la nueva película de Jaume Balagueró como una buena opción para Halloween se presentaba una tarde en la que podría ver esta historia tan senzilla como compleja a la vez, en la que nos cuentan cómo puedes tener tan cerca el mal, en lo cotidiano, en tu día a día.
Y es que, pese a no ser una película de terror en sí sino más bien un thriller psicológico con mayúsculas y también pese a tener una estructura narrativa muy simple la película brilla de igual forma, viviendo momentos de todo tipo.
Lo que cuenta no es más que un portero de un edificio al que le faltan unos cuantos tornillos y que cree haber encontrado la manera de ser feliz, hundiendo a los otros. Pero una chica no se lo pondrá nada fácil, y se convertirá en su obsesión...
Nada de amor, nada de sentimientos, es una película oscura e intrigante que hará que sin necesidad de gore o sustos y chillidos (a lo que nos vienen acostumbrando últimamente) consigan una historia de igual misterio.
La línea temporal es senzilla pero efectiva, marcándolo todo por días, como si de un calendario se tratase, viendo así cómo la locura del señor César se va incrementando a lo largo de los días y cómo cada vez más se va adentrando en terrenos de difícil salida.
También veremos la desesperación del poder ser descubierto y cómo todo se lleva a cabo como un juego para él, una forma de querer seguir viviendo.
Todo esto acompañado de unas grandes interpretaciones principales (Luis Tosar y Marta Etura) y unos menos desenvueltos Alberto San Juan e Iris Almeida a los cuales su papel les queda algo grande.
Esta película demuestra, entre otras cosas, que el cine español está en auge y que hay producciones nacionales de lo más interesantes, como ya hemos podido ver a lo largo de los últimos años.
Y además demuestra, por otro lado, que la locura no debe ir siempre acompañada de sangres y vísceras, sino que puede ser más sutil, esperando a hacerte daño en el momento justo y de una manera más psicológica.
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