
Trampa y cartón
Sin spoilers
Para crear un buen thriller psicológico hay que tener un cuidado especial en la elaboración del guión. Si de verdad se quiere sorprender al público que paga la entrada, cada mínimo detalle debe estar perfectamente hilado y tener coherencia. Es muy fácil lanzar veinte sub-tramas absurdas y resolver sólo dos de ellas. Por desgracia, algo así es lo que sucede con Mindscape.
La película nos transporta a un mundo en el que los detectives de la memoria son tratados por muchos como engañabobos y estafadores de millonarios, pero demuestran su efectividad resolviendo los casos más complicados. Su trabajo es meterse en la cabeza de la gente, para indagar en sus recuerdos ya olvidados. A uno de estos detectives, que lleva dos años sin trabajar, se le pide que solvente lo que aparentemente es un caso fácil: una adolescente que no quiere comer. Pronto se irá dando cuenta de que se ha involucrado en algo mucho más complicado, en el que todo el mundo está bajo sospecha.
Mindscape consigue crear una atmósfera sórdida y grisácea, que le viene como anillo al dedo a un film del género. También tiene a su favor a un Mark Strong siempre efectivo, con su perfecta interpretación de un hombre preocupado al que las circunstancias le superan, y a una Taissa Farmiga que consigue inquietar, a la par que emocionar, al espectador. El problema del film es su guión, pues va dejando tantos cabos sueltos que, a medida que llega el final, te consigue sacar de la historia casi por completo. Dicho esto, hay que reconocerle cierto mérito, porque logra entretener, pero no fascinar, ni siquiera sorprender.
Todas aquellas personas que no se esperaban los finales de films como Nueve reinas (2000) o La niebla (2007) quizá la disfruten; el resto acabará desquiciado por ir casi siempre dos kilómetros por delante del guionista, sabiendo lo que va a pasar de principio a fin. Si esto no les importa, puede que, al menos, se entretengan recorriendo el camino que lleva hasta el mencionado y poco sorprendente desenlace. Tal y como está el cine comercial hoy en día, con eso ya podemos darnos con un canto en los dientes.
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