YA SOMOS BORREGOS, YA

Buff, me da pereza hasta empezar. Porque en una película tan lineal como esta y en la que el guión es difícil de describir de puro simple, hacer una crítica es complicado.

Para empezar y evidentemente, esta es una cinta cuyo mérito principal es haber servido de alegato protesta anti-Trump de la Academia de Hollywood. Estoy completamente seguro de que en la época Obama no hubiera llegado ni a los finalistas. Claro, darle el Oscar a la mejor película a este filme es lo más cerca que se les ha ocurrido llegar de meterle el dedo a Trump por el rulé. Esta pasará sin pena ni gloria y en unos años no la pondrán ni en los DVD's de oferta de los videoclubs o lo que haya entonces. Es del tipo "estrella fugaz". Cuando Trump ya sea un chiste en los anales de la historia americana, no conseguiremos comprender qué le vimos a la película. Yo lo llevo claro: casi nada.

Su condición de filme-protesta no es la mejor carta de presentación para una película y claro, el resultado está a la altura. Como narración de una realidad, como parte artística y demás, la película no está mal. Es hasta buena. Pero en otra categoría: Es un cortometraje de hora y media. Tiene estructura de cortometraje, recursos de cortometraje, guión de cortometraje... que es un cortometraje, vaya.

El guión no es del todo inexistente, pero casi. Si no fuese porque se estructura de forma cronológica en tres o cuatro cortos unidos entre sí, sería completamente lineal. Así que puedo decir que tiene un guión "en escalera" un escalón-salto cronológico-otro escalón-salto cronológico-otro escalón. Y como buen corto, se acaba de pronto y te deja sin conclusión, sin desenlace y con cara de tonto. La película tiene de guión lo que el público que no ha salido cabreado (que por mi propia experiencia eran unos cuantos) le aporte en sus elucubraciones posteriores.

El resto no está mal: fotografía, actores, iluminación, etc. Es como si un director de cortos hubiera heredado, hubiera podido contratar actores buenos y hubiera hecho una virguería técnica. Pero no es suficiente.

Ya me tenía que haber llamado la atención el importante salto hacia abajo entre las puntuaciones que los medios le han dado a la película y las que le han dado los espectadores en las diferentes plataformas de crítica de cine, como esta. Si los "críticos profesionales" están muy por encima del público, ...malo. Eso únicamente ocurre con las cintas evidentemente sobrevaloradas por petimetres de pretensión intelectualmente profunda, cual es el caso. A ver, el cine es entretenimiento. Y el cine es el público. No necesariamente la masa amorfa que se traga cualquier producto de factoría, sino el público con gusto, que lo hay y es abundante y que quiere que el cine lo absorba y lo lance, lo emocione, lo entretenga, lo sorprenda. Para lo demás, a la filmoteca, a rascarse la caspa.

Y si miramos el público en la sala, yo en muchos años de cinéfilo nunca había visto tanta deserción. La gente se largaba de la proyección evidentemente harta. Yo no lo hice porque la película tampoco estaba tan mal (los actores lo hacían bien, la historia tenía interés, etc.) y porque no lo he hecho nunca (aguanté a pie firme hasta la infame Dune en los 80), pero alguna tentación tuve, porque hacía una noche estupenda fuera y aquello ya se veía que no daba para más. Y esos que se marchaban no habían ido a ver una superproducción estilo "star wars", pero esperaban algo a la altura de los premios que le han dado. Y claro, había cabreo.

Y para mí, lo peor de todo es que le hayan dado el oscar a la mejor película a este filme en detrimento de otras cintas muchísimo mejores que se han producido este año. Eso es robarle la cartera a la industria y al público.

Yo tengo un barómetro claro a la hora de valorar una película. Si después de verla te viene un amigo que no la ha visto y te dice: ¡Venga, acompáñame a verla que te invito yo!... ¿Irías? Yo díría que si casi en la mitad de las ocasiones. Y en este caso, ni de coña.

¿Que los de Hollywood le querían dar una patada a Trump en toda la bisagra? Bueno, me parece un poco injusto para otros, aunque cada uno en su casa que haga lo que quiera. Pero ya somos un rato borregos para ir detrás alabando la gracia.