Mis inicios con Wong Kar-Wai. Estilo y preciosismo

Porque esos silencios dicen tanto o más que las palabras. Una cámara que se introduce casi a hurtadillas en la intimidad de los personajes, sintiendose una extraña que no tiene derecho a espiarlos pero a la que la curiosidad le puede, una fotografía minimalista y deliciosa: los colores y el poder de una imagen, una banda sonora que te entra por los oídos para llegarte al corazón, una mirada, una caricia, un beso...

Aquí los personajes son personas y no artificialismos, a Lissy- una más que correcta Norah Jones- le rompen el corazón, conoce a Jeremy- un inspirado Jude Law- y le deja las llaves, él aún las conserva, ella iniciará un viaje a través de América en busca del verdadero amor y de dejar atrás a la vieja Lissy. Un inolvidable viaje en el que conocerá a un policia atormentado por la ruptura con su mujer refugiandose en el alcohol- un magnífico David Strathai

-, a su ex-mujer, en la busca de algo nuevo y a la que una trágico suceso le abrirá los ojos- aceptable interpretación de la maravillosa Rachel Weisz, o a una enigmática jugadora de poker en busca de compañía- una Natalie Portman en su línea- .

Me ha encantado pero el resultado me sabe a poco, se me pasó el tiempo volando y quiero más, demasiado corta...

Una peli para un público en busca de cosas diferentes, de un cine puro. Abstenerse público convencional, no es cine al uso, es de autor.

... No queremos tirar las llaves porque siempre esperamos abrir de nuevo esa puerta o directamente la puerta está abierta pero no hay sitio para uno...