
El deterio de la mente y las obsesiones de los mayores
Sin spoilers
¡¡Sí vale!!, esta peli no es para entretenerse como todas las comerciales que llenan las salas. Pero sí es para admirarla por muchas razones: interpretación de sus protagonistas (padre e hijo), fotografía preciosa, sus caidas de humor y sobre todo la enseñanza de la vida que nos transmite al final.
Me gusta como esta conducida la narración en el tiempo. Son como tres actos. El primero empieza con un anciano demente senil próxima al alzheimer y lo que a a ser su obsesión y única meta en lo poco que le queda de vida, y que acabará arrastrando a su hijo. Éste le ayudaará a cumplirla sólo con el fin de demostrar a su padre que no es más que eso... una obsesión absurda sin sentido. Rn un segundo acto sigue con las andanzas que viven ambos para conseguirla y las consecuencias familiares que les acarrea. Al final la enseñanza que nos trasmite Alexander Payne se refleja en su tercer y último acto en el hijo: éste llega a entender en un ejercicio de empatía hacia su padre, el verdadero motivo que le ha llevado a ayudarle.
Merece la pena identificar nuestra/s meta/s en la vida y seguir luchando con esa obsesión y obstinación, que nos demuestra el protagonista (Bruce Dern) en esta gran película, un pelín lenta pero preciosa.
Críticas de los usuarios