8 y tres cuartos, casi 9

A día de hoy, Penélope Cruz atesora su tercera nominación con posibilidad de premio por éste musical, que sin aportar grandes novedades a la historia del ídem, tiene elementos muy vistosos y cumplidores. En donde la madrileña, nunca santo de mi devoción, sorprende gratamente, siendo la interprete que mejor explota su papel, junto a Marion Cotillard. Cómoda en su rol de mujer florero del cineasta, que deambula por un terreno harto ya tocado por ella en otros films, como la reciente colaboración con Woody Allen.

A Rob Marshall éste 8 y 1/2 re-actualizado, no le ha salido también como Chicago, ni en taquilla ni a lo que en premios y nominaciones se refiere. Quizás su osadía no ha sido del agrado de todos al intentar tocar la obra maestra de un tótem como Fellini.También, porque no decirlo, cualquier producto que haya sido estrenado por estas fechas, ha tenido que sufrir el yugo despiadado del fenómeno revienta taquillas de Avatar, cuyos ecos no parecen querer remitir y que ha hecho que la industria quiera pasar todo bicho viviente al formato 3D. No sé ustedes, pero ante la llegada de las pantallas del sistema a los hogares en un futuro a corto plazo, creo que inclusive el cine porno nos lo van a hacer tragar en 3D (perdón por la metáfora final).

El Guido de Daniel Day-Lewis no es el de Mastronianni, son complementarios para mostrar la misma historia desde dos diferentes matices. Day-Lewis (un pedazo de actor), marca a un cineasta atormentada, taciturno, con momentos de bajadas a los infiernos, que un actor de tal talla sabe hacer con solo cambiar un gesto. No en vano fue un suculento papel que ya degustase en el Broadway con mucho éxito Antonio Banderas (y en 1982 el desparecido Raúl Julia), que junto con Lewis sorprende el riesgo tomado sobretodo para cantar.

Marshall rodea al actor de un plantel de actrices de primera, a fin que su taquilla fuese cómplice con un público cada vez menos impresionable con los nombres de su cartel. Kidman demuestra que ella y la susodicha taquilla hace tiempo que no cuajan; Hudson, aunque eficaz en las comedias, tampoco es un super-reclamo, todo y que, su número lo salva con dignidad. Dench solo tiene que hacer de Dench para que no le cueste nada su rol y esté simpática y eficaz, en un género que parece abonado a los jóvenes y los seudo-famas de concursos de pacotilla sin ningún talento o interés.

Admirable recuperar a Sofía Loren como madre del monstruo, aunque pase sin pena ni gloria por el metraje o Fergie desprendiendo sensualidad y carácter.

Marion Cotillard está estupenda, en la contención de su Luisa Contini, cargada de amor e impotencia, que pone de relieve por qué es una de las actrices del momento, y que posee uno de los números musicales más emotivos de la cinta.

Penélope muestra desparpajo, seguramente llevado de Vicky-Cristina-Barcelona, que junto con el sexy y sugerente número musical y su posterior descenso personal, bien llevado sin muchos histrionismos, viene a redondear una etapa en forma de la actriz, recompensada ya por ésa mencionada nueva nominación. ¿Qué es merecida? ¿Qué habían otras opciones muy buenas? Puede ser.

Nine, no va a pasar a los anales de las obras maestras, pero si bien es un ejercicio correcto, de una película dentro de otra película, con la consabida crisis creativa de todo director, sin aporta nada que no esté visto. Posee unos poderosos números musicales, una puesta en escena cuidada y deslumbrante, con detalles de calidad, que sin embargo, no hace que haya una historia bien cuajada, que se disipa por momentos, que hace que apruebe el examen, eso si con poco más que suficiente, de algo que por lo menos podría haber sido notable. Quizá es que ya estaba todo dicho. Cosas del remake.