
Vigalondo y el tecno-thriller
Sin spoilers
Como si de 'La ventana indiscreta' se tratase, en 'Open Windows' Vigalondo pone al espectador como testigo directo ante varias ventanas abiertas, cambiando el elemento arquitectónico clásico por el área visual que recibe el mismo nombre en el argot informático.
Una puesta a punto de la premisa del observador observado contada a modo de tecno-thriller y con reminiscencias a Brian De Palma, nos sitúa en un hotel en Austin, donde Nick Chambers (Elijah Wood), tras haber ganado un concurso online, espera para cenar con Jill Goddard (Sasha Grey), la actriz estrella del momento. Tras una inquietante llamada de alguien que se presenta como Chord (Neil Maskell), a través de la pantalla del ordenador de Nick seremos testigo de toda una retahíla de ventanas emergentes que irán abriéndose y formando a través de servidores web, páginas piratas, vídeos en streaming, cámaras de seguridad, videollamadas, grabaciones y un largo etcétera, una historia de suspense llena de adrenalina.
Con su tercer largo, Vigalondo se confirmaba como uno de los referentes del actual cine de género español que han logrado hacerse un pequeño hueco en al otro lado del atlántico, y lo hacía con una historia llena de guiños al espectador (un glorioso prólogo que pide a gritos película propia) y ciertas dosis de autoparodia, dejando incluso que la propia Grey se ría de ella misma y de su pasado en el cine de entretenimiento para adultos.
Elijah Wood está impecable en un sufrido papel que le viene como anillo al dedo, el de sufridor en una trama que puede llegar a parecer más propia de un argumento de ciencia ficción que de un suspense clásico. Sobredosis de tecnología, bits, megas y Wi-Fi que sirven de vehículo para contar, de forma novedosa, la otrora ya mencionada eterna historia de suspense con tintes voyeurs que entretiene y se disfruta, pese a saturar por tanta artillería cibernética en su desenlace.
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