
Más allá de "Matrix" (y de Amenábar)
Sin spoilers
Definir esta película es tan difícil como definir la primera vez que uno ve una obra de arte que rompe con todo lo anterior. O mejor dicho, que reinventa todo lo anteriormente visto. Si, muchos me van a decir que William Gibson ya sentó con ?Neuromanter? las bases del cyberpunk, y que hay antecedentes como ?Johnny Mnemonic? ?es decir, en cuanto un señor se mete en las mentes de grandes ejecutivos para guardar/transportar secretos-, ?Matrix? ?la mezcla entre la realidad y la ficción- y también, ¿Por qué no? ?Abre los ojos? ?los sueños dentro de los sueños-. Pero es que ?Origen? es más. Mucho más. Es un intenso y alucinante viaje a la imaginación misma, de la mano de un realizador impecable, brillante, que es Christopher Nolan, y que es capaz de representar visualmente lo que pocos son capaces siquiera de imaginar. Nolan ha captado a la perfección todas las paradojas sensoriales de Escher, y las ha integrado en un excelente guión escrito por el mismo Nolan, que destila también las intenciones y efectos dramáticos que ya planteó en ?Memento?, y que ahora avanzan en una historia que tiene lo mejor de casi todos los géneros del cine, desde la acción, el drama, el thriller, la ciencia ficción? un compendio que pocas veces se ve en una pantalla y que te deja literalmente boquiabierto. Pero lo más alucinante, lo realmente asombroso de este film, es que a pesar de la gran complejidad argumental del mismo, uno entra en la historia con la misma facilidad con que encaja una mano en un guante: con total naturalidad y perfección. Cobb es un ladrón. Pero ojo, no un ladrón cualquiera, sino un ladrón de secretos. Ayudado por su equipo, es capaz de meterse en la mente de alguien mientras duerme, y a base de sutiles e imaginativos engaños, desentrañar todo aquello que le interese. Sus cualidades, pues, son muy valoradas en el mundo empresarial, donde los secretos y las decisiones hacen mover billones de dólares, cuando no derrocan gobiernos o provocan guerras civiles. Claro que Cobb arrastra consigo un desgarrador secreto en el que se involucra su difunta mujer, y una búsqueda y captura de la policía. Todo ello aderezado por la falta de tiempo para terminar su última misión, la más difícil de todas, la que puede salvarle o condenarle definitivamente. ¿Suena pretencioso? Bueno, pues te aseguro que no estoy exagerando lo más mínimo. Este film deja a las películas clásicas de acción ?véanse incluidas todas las franquicias al uso, desde James Bond a Terminator, pasando por Jason Bourne o cualquier superhéroe que se precie- a la altura del betún. El cine ya no será lo que era después de ?Origen?, porque en realidad, no hablamos de una película, sino de cuatro películas. Cuatro líneas argumentales ?que por supuesto, no desvelaré- que se mezclan con tal sincronía, que resulta verdaderamente prodigioso ver evolucionar a todos los personajes en cada una de ellas. Simplemente mágico, arrebatadoramente alucinante. Nolan, además, se ha permitido contar con un reparto de auténtico lujo ?como ya demostró en sus dos anteriores incursiones en el mundo de Batman- con un Leonardo DiCaprio pleno en su madurez, con un repertorio de registros realmente impresionante, y unos secundarios donde podríamos destacar a una Ellen Page que está sobradamente al nivel, y a Ken Watanabe, igualmente impresionante. Eso por no hablar de pesos pesados como Michael Caine, Pete Postlethwaite, Cillan Murphy y un recuperado Tom Berenguer que demuestra lo mucho que aún tiene que decir en el mundo del cine. Muchas veces la comercialidad es sinónimo de espectacularidad vacía, de efectos especiales sin sentido, y de intentar apabullar al espectador con trucos que en realidad, no tienen nada detrás. Este no es el caso. Aquí hay un (sorprendente) guión de acero, que funciona como una máquina perfecta. Aquí los efectos especiales están porque tienen que estar. Y el mayor de todos ellos es la deslumbrante imaginación de Nolan, que nos cautiva desde el minuto uno de la proyección hasta uno de los mejores finales que haya tenido la historia del cine. Es una nueva dimensión del séptimo arte, sin necesidad de gafas, pantallas 3d ni leches. Es sencillamente CINE. Si el tiempo le ha dado la razón a Eastwood cuando estrenó ?Sin Perdón?, a la hora de convertirse en un clásico, ahora también se la dará a Nolan con este ?Origen?, que se convertirá probablemente en el auténtico origen de una nueva forma de hacer (y ver) el cine.
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