La Banalidad Por Munición

Oscar Diggs , un mago de circo de dudosa reputación, tiene que abandonar la polvorienta Kansas y trasladarse al brillante País de Oz. Está convencido de que a partir de ahora la fama y la fortuna le sonreirán. Pero, cuando las brujas Theodora, Evanora y Glinda empiezan a dudar de su categoria como mago, empezará a tener problemas. Si quiere triunfar, tendrá que averiguar cuanto antes quiénes son los buenos y quiénes los malos.

Hollywood está falto de ideas novedosas, o más bien algunos de los directores y productores de aquel mundillo. Cada año llegan a nuestras carteleras varias cintas que son reboots de clásicos cinematográficos de gran renombre. Reinicios de franquicias, historias paralelas, secuelas, nuevos comienzos. Lo cierto es que existen muchas formas de reinventar una historia, y no por hacerla de nuevo la historia va a mejorar. La gran mayoría de los reboots son inmensamente inferiores a las películas en las que se basan, pero existen excepciones, que no bajan el nivel narrativo con respecto a las originales. Estas nuevas películas atraen al espectador al cine, en gran cantidad de ocasiones por unos efectos digitales que quitan el hipo, y, habitualmente, intentan ocultar la simpleza de su guión ante un colofón de espectáculo cinematográfico. Pero como señalo, intentan, ya que los buenos reinicios se cuentan con los dedos de la mano.

Con "Oz, Un Mundo De Fantasía", sucede lo mismo, los trailers vaticinaban un espectáculo visual ultracolorido y profesional, y no han defraudado. La historia parecía cogida con pinzas en los mencionados trailers, sin mucha sorpresa que ofrecer, aunque con un reparto atractivo, pero que, en este caso, si decepcionan, ya que la simpleza y la banalidad están presente durante las más de dos horas de metraje, ¡qué se dice poco!

Y es que Sam Raimi ha hecho lo que ha podido con un guión como ya he recalcado, simple y banal, sin muchas florituras, sencillo. Personajes sin mucho trasfondo y secundarios de andar por casa. Que no se malinterpreten mis palabras, un guión sencillo no tiene por que ser pobre, claro ejemplo de "Gravity", dos astronautas quedan separados de las estructuras que los salvaguardaban y se encuentran varados en el espacio. La historia de "Gravity" no es excesivamente compleja, pero el desarrollo de la misma es profundo y está bien sostenido, lo que no ocurre en la precuela de "El Mago De Oz", ya que la historia se muestra plana, al igual que algunos personajes, y al igual que un mensaje final, excesivamente infantil, y con escasos matices.

El guión por lo tanto se encuentra falto de encanto y diversión, esa diversión y disfrute que provocaba la película de 1939. Y el desinflamiento del guión se encuentra dentro de su propia historia, dentro de sus mismos apartados. Comenzando con interesante inicio en Kansas, con la pantalla reducida a 4:3, en blanco y negro y con el ilusionismo del cine más antiguo, recordando incluso a las peripecias de Méliès y sus trucos visuales. Pero en cuanto el tornado arrasa Kansas, y la acción se traslada al mundo ultracolorido de Oz, la inventiva deja paso a los efectos digitales que inundan la pantalla con todo su esplendor, y que ocultan lo poco que quedaba de narrativa profunda en la película.

Pero si el guión es plano y vulgar, el ritmo es pausado y a veces incongruente. Anodino y desconcertante, ya que el espectador emula bostezos en ciertas partes del metraje que le hacen olvidarse por completo del espectáculo visual que tiene delante.

En el apartado actoral existen otros errores, no por los actores que interpretan los personajes, ya que pocos pueden dudar de su calidad, sino por el tono de sus personajes, algo descafeinado.

James Franco es el más profesional de los actores que participan en la película. Realmente su personaje tiene muchos matices, y aunque en ocasiones Franco no esté a la altura, lo cierto es que de forma general su trabajo es notable.

En el trío de brujas tenemos un gran fallo de casting. Mila Kunis logra encauzar al espectador desde el primer momento con su aire inocente y amable, pero cuando su personaje se tergiversa, Kunis deja escapar a la bruja y esta no se acerca ni mucho menos a la maldad y el terror que debería de provocar. Rachel Weisz falla a la hora de mostrarnos el miedo y el temor que deberíamos tener por la oscuridad que envuelve a su personaje. Pero esa oscuridad queda oculta por una cobardía y una falsa timidez hacia la evolución de su personaje, que se queda en un mero intento de ser un símbolo de maldad para los más pequeños que acudan a ver la película. Michelle Williams quizás sea la más aceptable de las tres, aunque, al igual que el resto, no logra evolucionar a su personaje.

Y es que durante muchas partes del metraje tenemos la sensación de que los actores no están acordes con los personajes que deberían interpretar, ya que los roles no son los adecuados, por lo que el espectador acaba confundido y con la sensación antes mencionada.

La música de Danny Elfman es correcta, aunque no destaca en absoluto. No existen partituras especiales que recordarás a la salida del cine, ya que la banda sonora en su totalidad es un compendio de notas sin mucha imaginación.

En los efectos especiales es donde la película saca todo su potencial, aunque estos no son suficientes para sostener el peso de una historia que debería de haber estado más trabajada. En la sección de efectos visuales hay que destacar la creación por computadora de algunos de los acompañantes de Oz en su viaje para recuperar la varita de Glinda, muy bien recreados y con unas texturas sobresalientes, al igual que un excelente trabajo de vestuario y atrezzo para las zonas que no estaban copadas por pantallas verdes.

5/10 para "Oz: The Great And Powerful", traducida libremente al castellano como "Un Mundo De Fantasía". Una película disfrutable para los más pequeños gracias al uso de Sam Raimi de los colores como elemento predominante en muchas de sus escenas, pero que a los más mayores cansará debido a la creación de unos personajes muy planos y una historia excesivamente sencilla que se apoya en los efectos digitales para llevar a cabo su fantasía.

Un fracaso épico falto de inventiva y necesitado de alma.

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