Como nieve para chocolate

Los amores imposibles tienen algo de atractivo para el cine pues copan la cartelera año sí, año también para disgusto (y pequeño regocijo) de los espectadores. 'Palmeras en la nieve' es una de esas películas. En este caso, un joven que llega a trabajar a la isla de su padre se enamora de una nativa, algo prohibido (aunque todos los allí presentes estén hartos de violarlas... pero debe ser que la prohibición se reduce al apartado amoroso).

Una de las cosas que más me gustaron de la película es que se toma su tiempo para introducir el romance. No se apresuran en cebarnos con miraditas entre ambos sino que cuentan la historia como si eso fuera algo secundario, algo que sucede irremediablemente rodeado de acontecimientos más importantes y que marcarán el transcurso de aquéllo. Casas y Vázquez no destacan con sus actuaciones pero porque sus personajes no dan para más: tienen química, salvan la papeleta pero no pueden lucirse salvo en un par de escenas contadas.

Sin embargo, lo que menos me gustó fue la trama situada en el presente, aunque Adriana Ugarte esté bastante bien y tenga cierto interés por la relevancia que tiene para con el pasado, la historia no tiene la emoción necesaria como para acaparar tanto metraje en la película. Evidentemente, no se puede eliminar porque se está adaptando una novela, pero de haber prescindido de ella, creo que la película hubiera sido más redonda: algo parecido a la 'Australia' de Baz Luhrmann (sin la parafernalia glitter del director, claro).

'Palmeras en la nieve' tiene sus cosas malas pero, en su conjunto, es una película notable que emociona y cautiva, y que cuenta con una producción extraordinaria. Es un gran paso para nuestro cine, le duela a quien le duela.