Una vez más Mario Casas echa por la borda todo

Que hay más actores y mejores que el señor Casas es algo que los directores de éste país deberían darse cuenta. No todo vale para atraer a la gente al cine. Se ve que el chaval lo intenta, pero es que no se le entiende muchas veces lo que dice (¿nadie va a recomendarle clases de dicción amén de otras de interpretación?) y ni decir entonces que lo que demuestra con sus gestos no se corresponden con la cursilada de turno que suelta sin ningún tipo de convicción (muerte lenta y dolorosa cuándo dice algo del tipo "Has provocado algo en mí que no se lo que es..."). Murmullo generalizado entre las butacas con risas de fondo, cuando lo que debería provocar es justo lo contrario.

Factura impecable, banda sonora que mejora las carencias de interpretación y bella fotografía. Pero falla el guión. Y digo falla, porque hay determinados saltos en la narración que si es como mi caso (que no he leido el libro), te quedas pensando que hay algo que no han explicado. Me refiero en particular a determinada escena en la que nos muestra los encantos de Adriana Ugarte (perfecta ella siempre) con un personaje que segundos antes parecía no querer ni acercarsele. ¿De verdad tenían que meter esa escena con calzador? ¿No podría solucionarlo de otra forma? ¿Cuándo dejaremos de decir la casposa frase "Si es que es una película española" como descalificativo? ¡No nos lo pongáis tan fácil!

En defintiva, una película que podía haber sido mucho más, pero que se queda en un flojo intento por conseguir crear la película romántica definitiva del cine español (igual es mejor no intentar buscar ese punto para crear cine bien hecho).

Aprendan de El tiempo entre costuras y háganlo en el cine. Gracias