
Una mágica Ciudad de Dios a lo Bollywood
Sin spoilers
Utilizando como pretexto el famoso concurso ¿Quién quiere ser millonario?, un magnífico MacGuffin, se nos narra la infancia de un joven indio caracterizada por la supervivencia en los bajos fondos de una Bombay donde reina la pobreza y el crimen junto a su hermano y una niña, de la cual se enamorará y cuyo amor constituye el núcleo central de un filme al que se le encuentran ciertas similitudes al angustioso mundo de las fabelas que nos retrató Fernando Meirelles hace unos años pero con una menor tratamiento de la violencia y para mi gusto una mayor sutileza.
A medias entre el cine bollywoodiano y el más convencional, Slumdog Millionaire destaca por su portento visual- superlativo trabajo del director de fotografía- que nos traslada a un ambiente mágico con música de corte oriental para una bella historia de sensibilidad exquisita y con un Danny Boyle que saca a relucir su talento con magníficos encuadres, un gran sentido del ritmo y buenas interpretaciones de actores completamente desconocidos entre los que destaca un Dev Patel que sabe captar el encanto del personaje protagonista.
Sin duda una de las mejores películas del año y que probablemente mañana se lleve el globo de oro a mejor película pero a la que su alejamiento del prototipo de peli oscarizable la convierte en la típica que se quedará sin la estatuilla en la categoría grande pero que puede ganar su Oscar a mejor guión, en este caso adaptado, a pesar de no llegar del todo a la grandeza e ingenio de otras joyas indie como Pequeña Miss Sunshine y sobre todo Juno. Con las cuales compartirá los numerosos premios y el desprecio de cierta audiencia que vaya a verlas con grandes pretensiones y que no captará la genial sencillez y frescura que ofrecen este tipo de pelis de una calidad y brillantez cinematográfica muy díficil de alcanzar.
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