"Dios tiene piedad, él no".

Una entrega más para el actor al que le estoy cogiendo mucho cariño, Sylvester Stallone en el personaje de John Rambo, posiblemente su personaje más reconocido junto a Rocky en su carrera. La película en sí no es mala, las críticas la vapulean demasiado y pienso que no merece tanta crueldad. Si se entiende que Stallone se llevó el Razzie a peor actor pero también hay películas buenas que se han llevado el Razzie injustamente. Personalmente pienso que no se lo merecía, hay actores peores e interpretaciones muy falsas e infumables aunque también es verdad que habría que mirar que películas e interpretaciones había en el 89. Quizás sea la peor de la saga aunque aún tengo pendiente la última dirigida por él mismo. Tiene una temática similar a la de la segunda entrega. Solamente que esta vez en vez de selva elige desierto. Puntos buenos a destacar en la cinta es que Richard Crenna a mi parecer trabaja mejor y su papel tiene más relevancia y es mucho más importante que en las anteriores aparte de verle en acción y a la vez pasándolas canutas. Su banda sonora a pesar de que el estribillo sigue siendo el mismo que las dos primeras, renueva bastante y sigue siendo buena. Además de contar con bastante acción aunque algunas secuencias no están muy bien rodadas. El guión quizás sea lo más malo y absurdo de la película, ya no conserva esa frescura que le dio la primera entrega ni esos grandes dialogos a excepción de alguno como el citado en el título por Richard Crenna. Es muy entretenida y se pasa volando a pesar de que su guión haga aguas y haya cosas irreales y muy exageradas. El personaje del niño moro no pinta nada de nada y es totalmente prescindible y lo único que hace es rellenar y hacer que nos acordemos de ese miniromance entre la asiática y Rambo de la segunda parte. En fín, una interesante propuesta de acción que no merece los palos que ha recibido y que es una más en la carrera de Stallone.