Conductores al borde de un ataque de nervios

Justin Lin llegó en la tercera entrega para acomodar un poquito la saga debido a la irregularidad impuesta por Cohen y Singleton aunque no lo hicieron mal, fue este quien poco a poco le dio un tono más fresco y divertido que el de una simple saga de carreras ilegales con coches tuneados. A partir de la quinta que vino Dwayne Johnson la cosa cambió y fue esta sexta entrega la que a un servidor le parece la mejor hasta la fecha aunque parece que James Wan viene pisando fuerte con la séptima que como era de esperar los de Universal se han aprovechado de la muerte de Paul Walker para comercializarla aún más y fidelizar a gente que no es afín a la saga. Diesel y su 'familia' sigue dando guerra, esta vez ayudando a la policía y la cosa cambia, más fantasmadas, más acción y más humor, lo que una cinta de este estilo necesitaba, más testosterona y menos carreras ilegales de canis. Si añadimos algo más de coherencia y cohesión con el resto de la saga, la cosa mejora aún más enlazando con la cuarta entrega cosa que la quinta olvidaba un poquito salvo el comienzo.

Es cierto que no hay mucha verosimilitud en las escenas de Canarias, que el personaje de Pataky es puro relleno al igual que en la quinta y que el giro de guión no tiene mucho sentido si analizamos la situación de los personajes pero Furious 6 es tan divertida, amena y espectacular que todos esos defectos los olvido cuando veo a Gina Carano pegándose con Michelle Rodriguez o a Vin Diesel volando por los aires para salvar a su amada. No es una maravilla ni hay que matarse la cabeza para valorarla pero hay que saber a lo que se va, y lo que ofrece lo da en mayor medida. Lin se despide de la saga culminando con varias escenas de acción realmente intensas y memorables, un humor más que aceptable y por supuesto una trama poco atractiva pero lo hace en una de las mejores películas de acción de los últimos años, ya no hablo de superhéroes ni ciencia ficción sino acción a secas y el mérito lo tiene.