Steven Spielberg

Es refrescante ver a Steven Spielberg alejándose de tanta historia real y biopic para volver al terreno donde es el rey. Con Ready Player One no pretende más que entregarnos un espectáculo cinematográfico puro y duro. Una aventura palomitera y entretenida, además de una carta de amor a la cultura pop y los videojuegos. Eso si, me habré perdido la mayoría de las referencias frikis que se han comprimido en estos 140 minutos de película. John Williams no está, pero la banda sonora de Alan Silvestri es un acompañamiento fenomenal a los personajes de Olivia Cooke y Tye Sheridan. Y sobra decir que visualmente es bastante impresionante. Los efectos especiales son como tienen que ser en esta ocasión: De videojuego.

Todo esto no me hace olvidar algunos problemas que tengo con el guión y la ejecución de algunas escenas. Y es que puede que esto simplemente sea otro blockbuster más, pero Steven se encarga de que pasemos un rato divertidísimo en la sala de cine. Por que las cosas como son, a este hombre no le podemos pedir más. Nos ha regalado historias inolvidables y sin él no entenderíamos el cine de ahora. Puede que Stevie no vuelva a componer obras maestras como aquellas de su época dorada, pero Ready Player One es un genial recordatorio de lo que el maestro ayudo a crear. Gracias Spielberg.