Quizás Un Título Engañoso, Pero No Por Ello, Despreciable

En un futuro no muy lejano el boxeo es robótico: en los combates ya no se enfrentan seres humanos, sino robots humanoides, sofisticadas máquinas diseñadas para luchar. Charlie Kenton, un antiguo púgil que casi llegó a alcanzar la gloria, está pasando una mala racha como promotor de combates. Un día, encuentra un viejo robot desechado y, al comprobar que es un gran boxeador, decide entrenarlo.

"Acero Puro" (2011) se presentaba como una de las revelaciones en el género del pasado año, lamentablemente no fue así cuando llegó a la gran pantalla, una discreta taquilla y unas pobres críticas hacen gala de ello.

Pero no hay que confundirse, la película dirigida por Shawn Levy, autor de las dos entregas de "Noche En El Museo" es perfectamente entrañable en algunos aspectos, infantil eso sí, pero memorable comparándola con otras propuestas del séptimo arte.

Las pizcas innovadoras que aporta el guión son rápidamente aprovechadas por Hugh Jackman, que, a pesar de encontrarse en uno de sus mejores trabajos, realiza un papel que bien podría considerarse como muy aceptable. Una lucha entre robots que deja lugares para un drama infantil, que es perfectamente comprensible para espectadores que aún no han alcanzado los 10 años, pero que a los adultos ya aburre.

La duración de la cinta es otro de los puntos a criticar, prácticamente dos horas de largometraje que hasta a los más pequeños se les puede hacer pesada, y no digamos ya a los mayores.

Predecible en algunos casos, sorprendente en otros, la cinta acostumbra a intentar provocar diferentes reacciones en los espectadores, pero después de 126 minutos la sensación no es de satisfación sino de abrumadora pesadez.

La música, compuesta por Danny Elfman es aceptable, de la misma forma que para casi todas las cintas infantiles actuales. Los efectos especiales son quizás el gran atractivo de la cinta, con unos robots perfectamente sincronizados y estilizados, llegando a superar en algunas escenas a los todopoderosos Transformers.

5,5/10 en definitiva para una propuesta que prometía mucho más, pero que al final se queda en otra cinta preparada para guardar en el cajón, con la esperanza de que algún día nos acordemos de que existe.

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