Amenábar intenta construir una estructura de hierro sobre cimientos de barro

Alejandro Amenabar es el director español más taquillero de la historia y, unido a que se toma más de un lustro entre película y película, es normal que sus obras se analicen con lupa y las expectativas estén siempre por las nubes. Tras la irregular 'Ágora', llega 'Regresión', una cinta con muchas menos pretensiones que acaba, sin ser una mala película, convirtiéndose en lo más flojo de Amenábar.

Se puede hablar mucho de cuáles son los fallos de 'Regresión', pero el más evidente y el que ensombrece el conjunto final es la propia historia: débil y que no llega a enganchar en ningún momento. Amenábar vuelve a firmar una dirección más que notable pero con un material tan pobre (él mismo firma en solitario el guion) es difícil conseguir un resultado de altura.

Porque desde 'Tesis' hasta 'Los Otros' hay historias que llaman la atención desde el primer minuto y te mantienen pegado a la pantalla: niños que no pueden ver la luz, cine gore en el seno universitario (al que por cierto 'Regresión' hace un guiño), la vida tras una cara desfigurada... en 'Regresión' tenemos los ligeros abusos que un padre supuestamente propicia a su hija adolescente.

A medida que avanza el metraje no puedes parar de pensar cómo Amenábar intenta recrear su universo pero nunca termina de conseguirlo con un Ethan Hawke que tampoco parece acabar de meterse en el papel frente a una correcta Emma Watson que podría haber brillado mucho más.

Un resultado final tremendamente irregular con un final sorprendente pero sin esos giros que cortaban la respiración en 'Los Otros'. 'Regresión' es también la apuesta más americana de Amenábar esperando conquistar el contenitente. Y es muy difícil que lo logre...