
Dignidad
Sin spoilers
Charlando con el amigo junto al que acudí a ver 'Richard Jewell', me comentaba que no entendía como lo último de Clint Eastwood me ha entusiasmado mucho más que '1917'. Concluía él que quizá era porque me gustan las películas costumbristas, centradas en cosas pequeñas como "preparar croquetitas". Hay muchos otros motivos, pero lo cierto es que el gusto de Eastwood por los detalles más alejados de cualquier grandilocuencia es una razón de peso.
Esos detalles construyen lo cotidiano de los personajes, les dan humanidad y dignidad. La preocupación de esa madre que encarna brillantemente Kathy Bates por su hijo y sus tuppers. La camaradería y empatía entre el protagonista y su abogado, al que da vida un estupendo Sam Rockwell, representada a través de unas barritas de snack. El rostro de arrepentimiento y perdón de esa periodista no tan falta de escrúpulos que interpreta Olivia Wilde.
La misma precisión en las pequeñas cosas y en las interpretaciones la traslada Eastwood a toda su puesta en escena. Tan sencilla como precisa, aprovecha a la perfección los tres-cuatro escenarios en los que se mueve toda la acción de la película. Mientras su cine sigue siendo tachado de anticuado y derechista, el responsable de 'Mystic River' solo se preocupa de mantener su mirada limpia y digna hacia los conflictos más básicos (e importantes) que debemos afrontar día a día.
Críticas de los usuarios