Las bajas expectativas le hacen un gran favor

Cuando tienes treinta y tantos años, eso supone que casi seguro que Robocop es uno de tus héroes de la infancia. Es mi caso, por supuesto, y la primera película -también la segunda- se grabó en mi cabeza por mucho tiempo, especialmente por un par de escenas concretas de especial crudeza, más aún si tienes apenas 8 o 9 años. Todavía hoy la veo y se me pone la piel de gallina, pero.. ¿y si existiera la posibilidad de ver la misma película puesta al día? Genial, pero no es este caso.

Si la intención era hacer un remake y lo tratamos como tal, solo puedo tildar esta película de descalabro, porque no hay absolutamente nada de lo que hizo grande -o enorme, qué narices- a la original. Ni esas escenas de las que hablaba, ni la sed de venganza de Robocop -o mejor dicho, Murphy- por matar, directamente, a quienes lo convirtieron en lo que es, y ni mucho menos la épica y lo explícito del final de aquella. Sin embargo, es tremendamente injusto tomar como referencia a un referente de la ciencia ficción de los 80 para juzgar a esta, que, sin tener en cuenta de dónde viene, finalmente resulta ser una película muy digna y cuya sola pretensión, que es la de entretener, lo consigue.