
De La Rivalidad Al Mito
Sin spoilers
Narra la rivalidad que en su época mantuvieron dos grandes pilotos de Fórmula 1, el británico James Hunt y el austriaco Niki Lauda, sobre todo en la temporada automovilística de 1976, en la que este último sufrió un gravísimo accidente que casi le costó la vida.
Ron Howard siempre ha sido un director más que notable, y lo ha demostrado en la mayoría de sus trabajos, pero, al igual que casi todos los de su posición, ha tenido sus más y sus menos con los críticos de cine de la prensa internacional que, de vez en cuando, toman ciertas posturas ligeramente agresivas hacia sus trabajos.
Cierto que, por "El Grinch (2000)", se merece más de una colleja, pero lo cierto es que el resto de sus trabajos han tenido un interés más o menos atractivo en la mente del espectador, ya fuera por el tema tratado o la forma de llevar a cabo la historia. Con "Una Mente Maravillosa" nos demostró su inteligente mano con el drama gracias a un portentoso Russell Crowe que, le ayudó a llevarse el Oscar como mejor director y mejor película. Con las dos basadas en las novelas de Dan Brown: "El Código Da Vinci (2006), y "Ángeles Y Demonios (2009)", demostró también su vena dura y polémica, que le llevó a tener más de un encontronazo con la Iglesia Católica, una saga de la que, por cierto, prepara ya una nueva entrega: "Inferno", previsiblemente con vistas a ser estrenada en los cines de todo el mundo en 2015.
¿Y por qué comenzamos la crítica hablando del director y de su trabajo a lo largo de sus muchos años de profesión?
Pues porque, por primera desde hace algunos años, Ron Howard ha conseguido sorprendernos una vez más, intercalando en esta ocasión la dureza de una competición como la Fórmula 1 con el drama de los dos protagonistas principales de la cinta. Y es que su trabajo al frente de la cinta es realmente notable. La forma de presentarnos a los personajes es más que correcta, podemos seguirles desde sus primeros pasos, sus primeras emociones y movimientos para entrar en el negocio de la F1, pasando por sus emociones más íntimas y transcendentales hasta llegar a vislumbrar de forma muy precisa la diferencia brutal que existe entre ambos personajes principales.
Y es que todo este gran trabajo de Howard no podía haberse realizado sin un guión que asiente la película de manera sólida. Peter Morgan ha hecho un gran trabajo por lo tanto en lo más básico de una cinta. El ritmo es correcto y la manera de ir introduciendo los diferentes acontecimientos que tuvieron lugar en aquellos años 70 es muy buena.
Podríamos definir a "Rush" como una verdadera película para los locos de la velocidad, aunque ese no es estrictamente su cometido, ya que donde la cinta verdaderamente saca la garra es en los momentos dramáticos, gracias en gran parte a un dueto protagónico realmente sobresaliente.
'Rush es un "Fast & Furious" con aires de los años 70 y una buena narrativa a sus espaldas' es lo que dirían algunos, y lo cierto es que tendrían mucha razón, ya que "Rush" desata el verdadero potencial de una historia de automovilismo, sin centrarse en rivalidades de forma ciega ni tramas amorosas absurdas, el drama y la psicología de los personajes toman el control del volante desde las primeras secuencias, y es lo que deja a esta película muy por encima de cualquier otra sobre este mundillo de los coches.
Aunque también, y no menos importante, tenemos el apartado actoral. Los secundarios son más bien ligeros y su peso en el guión no es excesivamente importante, también debemos tener en cuenta el hecho de que no están demasiado bien construidos ya que muchos podrían haber dado más juego. Pero el dúo protagonista si es sobresaliente, destacando el alemán Daniel Brühl por encima de Hemsworth.
Visto en versión original, el trabajo de Brühl es extraordinario, aunque en la versión doblada al castellano pierde un poco de fuerza interpretativa, pero nada alarmante.
Con raices españolas, Brühl ha demostrado muchas veces que el idioma no es un problema para él a la hora de trabajar. Ha rodado en castellano, catalán, alemán, inglés y francés y parece que su camino hacia el estrellato no tiene límites. Y lo cierto es que vista su evolución desde aquel "Good Bye, Lenin! (2003)", podemos esperar grandes cosas de este genial actor.
Chris Hemsworth también realiza un trabajo sobresaliente, y su vena de chico malo queda perfecta en el papel de James Hunt, aunque, por mucho que ciertos analistas y los propios productores traten de encaramarle por encima de su compañero de reparto, lo cierto es que Brühl está, en esta cinta, varios peldaños por encima del estadounidense.
En cuanto a los aspectos más técnicos, "Rush" peca de excesivamente conservadora al introducir el drama y el dolor en los momentos más tensos, como por ejemplo en el accidente de Lauda. La escena es impresionante y pone los pelos de punta, pero cuando la acción deja paso al diálogo y al drama, este no es lo suficientemente intenso como para justificar la espectacular escena anterior.
Pero como todo, son momentos aislados que no le restan calidad a un apartado técnico más que notable.
Las escenas de conducción están increíblemente recreadas y en muchos momentos tenemos la sensación de estar recorriendo la pista a más de 200 Km/h. Y es que "Rush" imprime una velocidad en su ADN que ni las tan conocidas cintas de conducción de la saga que se ríe de las leyes físicas ha logrado introducir en su esquema visual con tanta maestría como la que se nos muestra aquí.
La música de Hans Zimmer es correcta, aunque no destaca en exceso durante la mayoría del metraje.
El toque de color, la fotografía y la estética de los años 70 (increíblemente recreada), hacen que en lo visual la película sea realmente maravillosa. El vestuario, el maquillaje de Brühl, todo en su conjunto hacen que el trabajo puesto en la cinta se valore realmente como lo que es, un esfuerzo titánico que obtiene su recompensa con el reconocimiento de la crítica.
La nota final de la cinta, es de 7.8/10, menguada, en una mera opinión personal, por una épica y una lucha en la pista que esperaba que fuera más dura, y un drama un poco más potente fuera de ella.
Pero, dejando a un lado la última reflexión, dejar claro la calidad de la cinta, por encima de muchas otras del director norteamericano, imprimiéndole su sello personal junto con un dueto de actores increible que da vida a la película y un guión estupendamente estructurado, aunque con ciertos aspectos que podrían haberse mejorado para hacerlo todavía más increíble.
En definitiva, una cinta perfecta para disfrutar y reflexionar sobre el mundo de la Fórmula 1, además de observar grandes interpretaciones y una mejor puesta en escena.
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