La primera entrega de 'Sinister' era una pequeña joya del terror: contenida, con momentos que rozaban el más puro gore e incómoda, muy incómoda. Sin embargo, su secuela es una película hecha con el piloto automático, sin demasiadas ganas de contar algo novedoso, más allá de unos asesinatos "originales" desde el punto de vista más macabro.

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En 2012, surgió de la omnipresente Blumhouse una estimable cinta de terror que agradaría a todos aquellos aficionados que le exigen un poco de talento y creatividad a las obras de este tipo de género. Tres años más tarde, Sinister ya cuenta con su primera (y no muy necesaria) secuela, con la que podemos afirmar aquello de ?segundas partes nunca fueron ...Leer más