
ESTO YA NO ES LO QUE ERA
Sin spoilers
No se si es la nostalgia, que ya tengo unos cuantos años o qué es lo que pasa, pero esta película la verdad es que me ha dejado frío.
A ver, la película es entretenida, eso no se le puede negar. No te aburres en absoluto ni en ningún momento te entran tentaciones de mirar el reloj. Pero hay una serie de detalles que hacen que no me haya llegado.
El primero es que carece completamente de alma. Ese punto entre oscuro y místico que tenía la original, que consiguió emocionar a una legión de seguidores, se ha convertido únicamente en el esqueleto primario a partir del cual se articula la narración: la fuerza, Darth Vader, el lado oscuro y demás. Pero eso ya lo tenemos todos muy visto, es un caldo cocinado innumerables veces. O profundizas o haces nuevas aportaciones. Pero nunca llegan.
Y lo más preocupante es que se ve que esas nuevas aportaciones no van a llegar, que esto ya no va a ninguna parte. Es entretenimiento puro y duro, con ciertas pretensiones, pero sin calidad real.
Tampoco es que sea de las peores. El retorno del Jedi en su momento me pareció apestosa y una de las mayores decepciones que me he llevado en mi vida. Recuerdo que la vi en el Odeon Cinema de Brighton, en junio del 83 y después de hacer una cola de esas antológicas, el mito se me cayó directamente a los pies, junto con George Lucas. Vamos, los muñecos aquellos de peluche con menos movilidad que la rana Gustavo me parecieron ridículos.
Porque ahora parece como que el problema es que Lucas ya no está, pero con Lucas la cosa tampoco iba muy lucida. Aparte de la que ya he mencionado, luego las tres siguientes levantaron un poco el listón pero sin grandes historias. Y ya se vio por donde iba a ir la cosa: niño rubito majo, chicas y chicos monos ellos, el asunto de los Jedi y la fuerza, que tenía unas posibilidades enormes, con todo su misterio perdido y convertido en un simple club de templarios trasnochados y un cambio radical en la estética que no encajaba con la de las primeras dos cintas (la tercera la obviamos).
Esta última se acerca mucho más estéticamente a los orígenes, pero se pierde en la escasa profundidad de la historia. Porque el problema es que el propio éxito de la serie inicial es el que la ha matado. Se busca llegar a tal cantidad de público, hay tal cantidad de royalties por el medio, que el producto debe ser aceptable incluso para cualquier episcopaliano cursi y por lo tanto veremos una película tras otra para todos los públicos, por no decir para niños, completamente descafeinada.
Porque aquí, y espero equivocarme, ya está todo el pescado vendido. Toca exprimir el limón lo que se pueda y vender muñequitos por arrobas. Pero cine, lo que es cine, creo que vamos a ver poco. La única posibilidad es que una de las cintas se la pegue y se tengan que esforzar en la siguiente, pero por lo demás, puro show y poco más.
Ya digo, que los que flipamos con la primera y la segunda, llevamos treinta y tres años esperando que nos emocionen de nuevo. Y de momento, humo y poco más.
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