'The Hive', o cuando creías que al género zombie ya no podían dársele más vueltas de tuerca

Aunque parezca una temática demasiado trillada, incluso obsoleta tras unos años de boom, el género zombie es inagotable. Siempre habrá una nuevo enfoque, un nuevo escenario o una fusión con otros géneros que seduzca a otro realizador para que desarrolle un film sobre muertos vivientes.

Es el caso de 'The Hive', película en la que no faltan los consabidos ingredientes del género, pero que tiende la mano y se sustenta en otras herramientas y temas para lograr una historia atractiva. Así, hay sangre, cabezas aplastadas, humor, tensión, persecuciones, un virus muy contagioso, etc. Pero, a la vez, todo ello coexiste con una trama contada a base de continuos flashbacks, un escenario muy reducido y una lograda iluminación minimalista (para solventar un presupuesto ajustado) y, sobre todo, una relación de amor. Porque 'The Hive' es, en realidad y por encima de todo, una historia de amor.

Dirigida por el debutante David Yarovesky e interpretada por actores jóvenes y desconocidos por el momento, la película relata cómo Adam (Gabriel Basso), un muchacho que ejerce de monitor en un campamento para niños, ha de enfrentar una extraña infección. El film comienza con él despertando en el interior de una habitación, sin recordar cómo no por qué se encuentra allí encerrado. En las paredes del cuarto hay inscripciones y dibujos que parecen ir dirigidos a Adam, para que descubra el motivo de su situación. Esas señas y las imágenes que asaltan repentinamente la cabeza del muchacho lo llevarán, junto con el espectador, a descubrir qué ha sucedido.

'The Hive' recibió críticas bastante positivas tras su proyección en el Fantastic Fest de 2014, así como en otros tantos certámenes por los que ha circulado desde entonces. El propio James Gunn ('Guardianes de la Galaxia') dijo de ella que era "la historia de amor más horrible y repugnante jamás vista", lo cual no es poco decir.