Oscar Isaac brilla en un drama histórico convencional

El genocidio armenio es uno de los episodios más atroces de la historia del mundo, pero también uno de los más desconocidos. A lo largo del siglo XX, la tragedia que sacudió al pueblo armenio ha sido relegada a segundo plano en los libros de Historia, una injusticia que el cine ha intentado resolver en los últimos años. Primero llegó 'El padre (The Cut)', cinta de Fatih Akin que se aproximaba al conflicto a través del drama familiar, y ahora Terry George hace lo propio con 'La promesa', producción mucho más ambiciosa que narra el mismo periodo con un estilo más próximo a la épica hollywoodiense y mayor énfasis en el romance.

'La promesa' es la historia de un joven armenio (Oscar Isaac) que se muda a Constantinopla para estudiar medicina y regresar a su pueblo convertido en doctor. Sus planes cambian cuando conoce a Ana (Charlotte Le Bon), una artista de la alta sociedad de la que se enamora perdidamente. Cuando la llama del amor empieza a prender entre ellos, estalla la guerra, lo que los obliga a separarse. No sin antes él prometerle a ella que cuando el conflicto termine, hará lo posible por encontrarla.

George no huye de mostrar los horrores de la guerra, sacudiendo al espectador con imágenes muy duras, especialmente durante la recta final del film, pero la mayor parte del tiempo 'La promesa' es una historia romántica heredera del Hollywood dorado, un "Amar en tiempos de revueltos" que no consigue justificar su carísima etiqueta de 90 millones de dólares de presupuesto (un precio desorbitado y absurdo para una película así). La película no es un desastre, de hecho se salva gracias a sus valores de producción y a la desgarradoramente humana interpretación de Oscar Isaac, pero es inevitable que caiga en el olvido por lo convencional de su propuesta y lo insípido de su historia romántica.