Todo es de color

Gonzalo García Pelayo dirige esta película que ha sido catalogada como "película experiencia". El largometraje se focaliza en hacer un homenaje al grupo Triana y hacerle un tributo. A lo largo de cuatro décadas son varios los fans que han creado lo que se llama comunidades "trianeras", actualmente llamado concepto de Triana. Lo que busca este colectivo es un llamamiento y una búsqueda incesante de la libertad, de la felicidad a través de la risa, el amor y la emoción, un estilo de vida que busca el positivismo. Considerada como una película sobre el rock, nos da una muestra más profunda del significado de Triana a través de las distintas escenas que se muestran en el film, rodadas en su mayoría en Villaviciosa de Odón, en la Alameda de Sevilla y en un concierto en Los Caños.