Recordando los 90

Cuando uno sabe que una película de las tortugas ninja está a cargo del director de dos cintas que fueron masacradas por la crítica aunque en cierto modo fueron rentables como Invasión a la tierra e Ira de titanes con una producción de Michael Bay, pueden pasar dos cosas, o un bombazo en taquilla o un fracaso en todos los sentidos. Finalmente no ha sucedido una cosa, sino las dos entre medias, con un buen apoyo del público y con una taquilla más que sorprendente para la que muchos auguraban un gran fracaso pero a la vez insultada por los críticos especializados. Antes de ir a verla tenía ciertos prejuicios ya que nunca he sabido nada de estas tortugas ni he sido fan apenas, pero mi curiosidad estaba implicada y finalmente ha sabido sorprenderme el señor Liebesman con ciertos toques de Bay en la producción.

Al igual que en los años 90, aunque muchas cintas actuales siguen teniendo esa fórmula, Ninja turtles es un blockbuster sin pretensiones, sin excesos que va al grano, que aún con sus clichés, sus convencionalismos y su final previsible es directa y muestra lo que quieres ver. Una película de poco más de hora y media con virtudes y defectos que no pasará a la historia pero que hará la delicia de los más pequeños en algunas escenas gracias a su humor infantil que a mí personalmente me desagrada pero que compensa con espectaculares y memorables escenas de acción sorprendentemente rodadas con un slow motion asombroso que deja los efectos visuales en un listón bastante alto. Una cinta con su comienzo, su nudo y su desenlace, no hay giros inesperados ni cosas nuevas, simplemente estamos ante un producto perfecto para pasar en familia especialmente en verano y evadirse de todo gracias al disfrute visual y pirotécnico que se han marcado para que tapen los defectos de los personajes humanos. Defectos que se solventan bien gracias a que Megan Fox cumple e incluso logra destacar ya que no resulta ser la típica chica florero estúpida sino un personaje crucial, ese papel estúpido se lo dejan a Will Arnett que personalmente me ha decepcionado y al cameo algo extenso pero innecesario de Whoopi Goldberg para intentar rescatarla.

En definitiva, Ninja Turtles es un espectáculo garantizado, deja una de las secuencias más espectaculares del año a mi parecer que es la de la nieve, perfectamente rodada y trepidante a partes iguales con una banda sonora de Bryan Tyler acorde con el tono aventurero de la cinta. Una película directa, que va al grano y que te deja con buen sabor de boca para la secuela ya confirmada para dentro de un par de años.