El crimen y el robo como estilos de vida

Hillcoat para que engañarnos me sorprendió con Lawless y me decepcionó con The Road. Quizás el resto de la gente sienta lo contrario pero la verdad es que no es un director que me llamase la atención aunque no dudo en que sabe escoger muy buenos actores y siempre conforman un reparto coral bastante llamativo. En esta ocasión Hillcoat se pasa al presente en vez del western o del futuro post-apocalíptico y nos centramos en una historia aparentemente típica de películas como Ladrones, The Town o Le llaman Bodhi. Muchos atracos y pocas muertes suele haber y en esta ocasión Hillcoat se excede y se pasa de la ralla en algunos compases de la cinta para mostrarnos la crudeza del asunto y lo que puede ocasionar tener una vida de excesos y al margen de la ley ya sea por delincuencia como por corrupción en el bando policial. La cinta muestra muy bien y deja escenas intensas y muy intrigantes en lo relacionado al tema de los atracos y los giros están muy bien llevados, tanto que la película no es un cuento con rosas por doquier como alimentan las otras películas de atracos citadas y eso lo agradezco y lo veo como un punto a favor. Pero esta película necesitaba algo más de emoción, de al menos empatía por los personajes aunque sean unos sinvergüenzas. Es fruto de una realidad lo que acontece aunque esté muy exagerado y algunos personajes estén para dar el pego visual como Gal Gadot que es más un enchufe a la trama para que las decisiones de Winslet no se lleven a cabo. Affleck me gustó mucho en Adiós pequeña adiós, en esta ocasión hay algo de esa personalidad protectora pero Hillcoat no explota del todo a los actores y los diálogos no llegan a calar siendo una rimbombante sucesión de tacos que no llegan a ninguna parte y que aunque llevan un buen ritmo en la acción no se recordará por mucho tiempo. Por así decirlo, la película arriesga pero no emociona, sorprende pero no rompe los esquemas del género. Está bien.