
Todo está en escoger el camino correcto
Sin spoilers
Lo que ha hecho el directo danés, Lone Scherfig, es una especie de quiero y no puedo. Nos presenta un drama romántico en pleno apogeo de los años 60 donde la protagonista de la historia, Jenny (Carey Mulligan), es una adolescente en conversión al mundo adulto, criada por unos padres que le imponen unas normas en su vida, en sus estudios, para que llegado el día pueda ir a estudiar a la Universidad de Oxford, y así hacer algo de provecho en una sociedad donde el hombre lleva la voz cantante y cuenta con las nóminas más jugosas.
Al principio se nos muestra un film muy fresco, con una cuidada banda sonora a tono con la delicadeza de Mulligan, hasta que un día aparece Brit (Peter Sarsgaard) un hombre que la supera en edad, pero ve en ella su chica perfecta. Aquí comenzarán un tira y afloja, un intento de seducir a una mujer que está en la etapa más importante de su vida en la que debe decidir qué camino escoger, qué tipo de vida quiere llevar.
Todo va muy bien encaminado hasta la última parte de la película, que se iba tornando previsible, donde todo parece transcurrir precipitadamente cuando da la impresión de que la única manera de arreglar los problemas creados para entonces es mirar a otro lado y limpiarse las manos de una manera superflua que pudo haber sido la causante de que las nominaciones, en nominaciones quedasen.
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