
Una historia inmejorablemente contada con el lenguaje del mejor cine clásico
Sin spoilers
No puede negarse que algunos filmes de Spielberg, como La lista de Schlinder o Salvar al soldado Ryan, son difícilmente superables, pero lo mejor no descalifica lo bueno y esta película es un ejemplo de cine clásico, mas exactamente de cine clásico después de que el cine clásico haya visto pasar su época y cine clásico de factura excelente. Sin entrar en algunos aspectos de la historia que podrían considerarse sentimentales o efectistas, uno de los aciertos de Spielberg es mostrar en toda su crudeza esa contradicción de la realidad que consiste en contemplar conjuntamente el horror de la vida (y de la guerra) y los sentimientos y reacciones humanos ante la inocencia, porque esta historia es la historia de diversos personajes capaces de aceptar el absurdo terrible de la guerra y rebelarse ante el sufrimiento de un animal noble e inocente... La puesta en escena, el ritmo, la interpretación y la fotografía son espectaculares. La película no es lacrimógena, los lacrimógenos son los espectadores que solo se quedan con sus aspectos sentimentales o emotivos. Lo único a reconsiderar es el final.
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