Yo soy Sam

Yo soy Sam es una de esas películas que la crítica lapidó, pero que aún así no evitó que el gran Sean Penn llegase a la carrera por el Oscar. En mi opinión, el trabajo de Penn es una de las mejores interpretaciones que he visto en la historia del cine (sino la mejor), y con ella demostró que podía hacer del tipo más cabrón de la ciudad y también del más adorable y mono.

También se acabaría convirtiendo en el trampolín para la carrera de Dakota Fanning, que está estupenda como la hija de Penn (más adelante se convertiría en la actriz de corta edad que más trabajaría en los próximos años) y otro de los grandes aciertos de esta película es la elección de la banda sonora. Es una delicia el escuchar las grandes canciones de Los Beatles versionadas de una manera muy acertadas.

Por último, el guion puede ser acusado de demasiado sensiblero y de buscar la lágrima, pero lo hace de un modo tan acertado y con una naturalidad tan magnífica, que me parece desafortunado el decir eso. Si alguien quiere ser actor, debería usar esta película para darse una masterclase, las escenas compartidas entre Michelle pfeiffer y Sean Penn son de esas que hacen historia.

Como dato extra, las continuas referencias que se hacen de películas históricas es algo que un fan cinéfilo siempre agradece.